Camus Mancera inicia la versión más austera de su larga historia

Problemas de financiamiento obligaron a que el evento sea solamente de cuatro días. El encuentro vuelve a la Escuela El Bosque, con clases y ensayos en distintos instrumentos; y conciertos gratuitos en Valdivia, Corral y la isla de Mancera.

Tras la buena experiencia del año pasado, en que se recuperó la presencialidad absoluta y dejó de ocuparse las instalaciones de la Escuela Juan Bosch de Niebla, el Campamento Musical Marqués de Mancera vuelve a realizarse en Valdivia. Y en dependencias de la Escuela El Bosque, que ha dispuesto de sus salas para clases en distintos instrumentos, ensayos y conciertos.

El Camus Mancera cuenta con financiamiento de la Municipalidad de Valdivia y el apoyo del Gobierno Regional de Los Ríos. También colabora la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI), la Municipalidad de Corral y la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral de Chile.
Participan 105 niños y jóvenes músicos en formación provenientes de Valdivia, Niebla, Máfil, Puerto Varas, Osorno, Río Negro, Puerto Montt, Corral, Los Lagos, Panguipulli, Villarrica, Concepción, Ancud, Temuco, Mariquina, Santiago, Pudahuel, Providencia, Paine y Puente Alto.
A ellos se suman los integrantes de las orquestas invitadas: Sinfónica Infantil Juvenil de la Corporación Cultural de Puerto Montt, que dirige David Ojeda; y la Estudiantil del Departamento de Educación de Nacimiento, que dirige Felipe Carreño. También está considerada la Big Band Infantil Juvenil de Osorno, elenco iniciado por el músico Gerhard Mornhinweg (director de la carrera Artes Musicales y Sonoras de la Universidad Austral de Chile).
En paralelo a las clases, habrá un programa de conciertos  en Valdivia, Corral y la isla de Mancera.

Destacan elencos como, por ejemplo, el grupo Quinto Movimiento de Latin Jazz; y el Ensamble de Guitarras que lideran  Fátima Aguilar e Iván Conde, quienes esta vez tienen como invitada especial a la  guitarrista argentina Manuela Iparraguirre. Todas las presentaciones son con entrada liberada.

Volver a empezar

Durante la pandemia por coronavirus, el Campamento Musical Marqués de Mancera tuvo versiones online. Y a medida que fue posible la presencialidad, se optó por cambiar el centro de operaciones de Niebla a Valdivia.

“En esta transición es que encontramos en la Escuela El Bosque un tremendo aliado. Siento que aún estamos retomando la normalidad de lo que en su momento significó adaptar los contenidos al formato web. Eso tiene que ver con propiciar toda instancia que nos permita volver a estar reunidos en un mismo espacio para contribuir en la formación de nuevos talentos”, dice Pablo Matamala, director del campamento. Y agrega: “Una de las grandes oportunidades de tener un nuevo lugar donde hacer las clases, tiene que ver con instalar un evento histórico en los barrios de Valdivia y en particular, en un sector que se puede conectar gracias a la música. Estamos fortaleciendo el territorio. La Escuela El Bosque nos permite descentralizar nuestro quehacer y de paso, convocar a quienes viven en los alrededores para que sean parte de una experiencia que sabemos necesita mucho más apoyo”.

Debido al paulatino crecimiento en materia de asistentes,  en una primera instancia el campamento pasó de la Isla de Mancera (donde literalmente se trabajaba en condiciones de aislamiento y con muy pocas comodidades) a Niebla. Fueron años en que incluso la iniciativa logró un financiamiento máximo de $100 millones.

La actual versión cuenta con aproximadamente un 82% menos de esa cifra, ya que no hubo éxito en la concursabilidad de fondos públicos y no se pudo optar a asignaciones directas por parte del Gobierno Regional de Los Ríos, debido al Oficio Circular N° 20 del Ministerio de Hacienda, en respuesta al llamado caso convenios.

“Al igual que otros eventos como el Festival Internacional de Cine de Valdivia, somos el resultado de un proceso que ha tomado mucho tiempo construir y que se ha vuelto un sello para la región. La restricción para el financiamiento fue un error. Fue una respuesta exagerada frente al trabajo de una región que se ha caracterizado por tener sistemas de control muy eficientes. Somos defensores de que las regiones tengan independencia y sus propias políticas de cómo contribuir al desarrollo del territorio, de la cultura, de las artes, a través del apoyo a eventos que han demostrado ser fundamentales. En la lógica de la concursabilidad de fondos, seguimos pensando que no se puede poner a competir a actividades de larga trayectoria que necesitan muchos recursos, con eventos que están partiendo y cuyos presupuestos no son tan exigentes”, expone Matamala.

Adaptación

La ceremonia de inauguración del Campamento Musical Marqués de Mancera es al mediodía de hoy, en la Escuela El Bosque. Ello marcará el inicio oficial de las clases en el establecimiento educacional, luego de tres días en que cada músico recibió apoyo para preparar sus repertorios.

“El nuestro es un proceso formativo para niños y jóvenes conducente a un resultado que se traduce en música en vivo. Eso es bastante ambicioso, si lo planteamos lograr en una semana y es casi imposible de hacer, si lo proyectamos a nuestra realidad actual de tener solamente cuatro días de actividades. Por eso decidimos generar instancias en que los niños y músicos pudieran comenzar a tocar desde el inicio de la semana. Lo que haremos de ahora en adelante es simplemente intensificar el proceso de enseñanza y aprendizaje de herramientas técnicas y artísticas para la interpretación de los instrumentos. Eso es parte de una metodología en la que buscamos que, a través de la música, los niños y jóvenes efectivamente sean mejores personas, sean líderes positivos para sus comunidades y para sus orquestas de base”, indica el director.

Un poco de historia.

Pablo Matamala ha dirigido el Campamento Musical Marqués de Mancera desde su inicio, cuando partió como una idea propuesta por el fallecido economista y académico UACh Teodoro Kausel. Fue quien le comentó sobre una experiencia que conoció en Europa, similar a un claustro musical, que se podría replicar en la isla de Mancera, donde tenía cabañas de veraneo.

El proyecto tomó forma gracias a un equipo que, liderado por Matamala, consideró además a los destacados músicos Osvaldo Urrutia y Héctor Escobar. Para aquel entonces, todos eran académicos del Conservatorio de Música de la Universidad Austral de Chile y Matamala estaba al mando de una naciente orquesta integrada por estudiantes de la Escuela Alonso de Ercilla. Esa fue la base para el debut del Camus Mancera, con asistencia de 40 músicos de Valdivia, Antofagasta, La Serena, Copiapó, Talca y Concepción.

Si bien la primera versión del evento se realizó en 1995, se considera 1994 como el año cero, dado que fue ahí cuando se planificó y organizó todo lo realizado en enero del año siguiente. La consolidación fue al cumplirse una década y con la presencia del Presidente Ricardo Lagos. En 2004, el mandatario visitó el Camus Mancera y firmó la Ley de Fomento de la Música Chilena. En 2011 hubo otro espaldarazo nacional, con la visita del Presidente Sebastián Piñera y la primera dama Cecilia Morel, quien celebró su cumpleaños en medio de un concierto en el Museo de Sitio Castillo de Niebla.

La Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile es una de las instituciones que también ha reconocido la importancia del evento que fue elegido en 2002 como el lugar para el lanzamiento del programa de becas FOJI. Ello motivó la presencia de Luisa Durán, entonces presidenta de la fundación y de Fernando Rosas, otrora director ejecutivo de la fundación y uno de los profesionales fundamentales en el movimiento de orquestas infantiles y juveniles de Chile.

Gran parte del peso histórico que tiene el campamento también se traduce en una cifra: en su momento, cerca del 70% de los actores del movimiento de orquestas infantiles y juveniles de Chile pasó por la experiencia formativa local.