Manuela iparraguirre, guitarrista argentina

 Manuela iparraguirre, guitarrista argentina

“Es muy importante que la educación musical ocurra en la infancia y en armonía”

El año pasado, luego de haberse conocido hace aproximadamente una década, Iván Conde y Fátima Aguilar, volvieron a encontrarse con Manuela Iparraguirre. Fue entonces que los maestros responsables del Ensamble de Guitarras de Valdivia la invitaron a participar en el 29° Campamento Musical Marqués de Mancera.

La integrante de la Camerata Argentina de Guitarra viajó desde el otro lado de la cordillera y se integró a las clases para niños y jóvenes en la Escuela El Bosque; y a los conciertos en Valdivia y la Isla Mancera. Manuela Iparraguirre comenzó sus estudios a través del Método Suzuki, en el cual se especializó para contribuir a la formación de nuevos talentos.

Actualmente es parte del equipo docente del Conservatorio de Música Gilardo Gilardi de la ciudad de La Plata, donde es la directora del programa basado en el Método Suzuki de guitarra. Se trata de una experiencia formativa pública y abierta a toda la comunidad.
“Estar acá ha sido una experiencia magnífica. Se respira un ambiente de música, arte y compañerismo, que es muy gratificante para los niños y para los profesores”, explica.

¿Qué tipo de conocimientos le transmitió a sus estudiantes? ¿Qué fue lo más significativo de su participación en el campamento?
– En la música y en la vida el trabajo en equipo y el compañerismo son elementos fundamentales. Hacer música juntos es una experiencia increíble. Es muy importante que la educación musical ocurra en la infancia y en armonía, en espacios que permitan el crecimiento personal. La educación en la música implica también transmitir un montón de valores que sin duda se pueden aplicar  a lo cotidiano, como por ejemplo la disciplina, la constancia e incluso la capacidad de transmitir ideas, de transmitir lo que significa el arte para cada cual. Algo destacable que tiene este campamento es que se trata precisamente de un espacio donde se reúnen chicos de diferentes edades, de diferentes contextos, para hacer música juntos. Eso es algo inigualable.

Le tocó hacer clases solo durante cuatro días. ¿Hubo avances importantes en tan poco tiempo?
– Efectivamente se lograron cosas muy significativas. Es que los niños y jóvenes llegan al campamento con experiencia previa de haber trabajado en el instrumento durante el año, entonces nunca parten de cero. No obstante, tener un evento de más días sin duda que ayudaría a lograr muchos más avances que son la consecuencia natural de permitir que tengan más tiempo para conocerse desde lo musical y como personas.

¿Qué beneficios implica la enseñanza basada en el Método Suzuki?
– Se busca el trabajo en equipo entre los estudiantes y los profesores. El foco está puesto en generar un entorno amigable con todos los participantes en el proceso de hacer música. Hay que velar que todo sea próspero y que los músicos se sientan cómodos tocando lo que están aprendiendo. Eso es súper importante, como también lograr hacer música con otros y transmitir a nuestros compañeros y al público, la felicidad que eso nos produce.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *